Millennials vs Gen Z: pasando raya
El 2020 fue un año en que el mundo se vio cada vez más dividido; en el que la pandemia y la crisis económica dieron lugar a debates interminables sobre temas de suma urgencia como la política, la salud, el medio ambiente o la discriminación racial. Y, por supuesto, el más intenso de todos: raya al medio vs. raya al costado.
Es que un día, mientras nosotras las treintañeras estábamos distraídas cuidando a nuestros hijos e intentando descifrar cómo comprar paltas y pagar la contribución, los adolescentes de la Generación Z llegaron montados a un unicornio, con sus vaqueros de tiro bajo y autoestimas de tiro alto, y bailando en Tik Tok al son de Billie Eilish decretaron que la raya al al costado era cosa de viejos.
Acto seguido, miles de mujeres en todo el mundo se pararon frente al espejo y se separaron el pelo por la mitad, descubriendo inmediatamente que la raya al medio le queda bien solamente a un tipo de cara muy especial, específicamente la de un Galgo Afgano.
(Hay quienes dirán que eso solo lo digo porque yo estoy traumada con mi cara redonda y por ende convencida de que a mí la raya al medio no me queda bien, a lo que les respondo que por favor que no me ataquen con la verdad.)
Por supuesto, este decreto estilístico de los Gen Z no es nada nuevo. Buscar tu propia voz, sobre todo una diferente a la de tus padres, es sinónimo de ser joven, o una princesa de Disney.
Al igual que las generaciones anteriores, que se expresaron creando nuevos estilos de arte y música; y marcharon por las calles para derrocar gobiernos, protestar leyes y hacer respetar sus derechos; los Gen Z están luchando contra el status quo, armándose de cepillos y peines finos, y valientemente cambiándose la raya de lado, como héroes.
Los Millennials también experimentamos con diferentes estilos durante toda nuestra adolescencia en aquella época prehistórica de los años 90. Nosotras éramos tan innovadoras, de hecho, que a veces ni siquiera teníamos raya; nos quedaba camuflada bajo 70 clips de mariposa o esas vinchas de plástico negras en zig zag que se te quedaban enredadas en el pelo por cuatro días.
Mi consejo es: no cambies tu look para aparentar ser más joven, porque las modas van y vienen, y no hay peinado ni atuendo que evite que un día seas joven y al otro te rompas la espalda durmiendo.
Porque no se puede detener el paso del tiempo. Yo se que a veces se siente como que pasa más lento, como en esta cuarentena, cuando nos vimos obligados a repetir las mismas rutinas una y otra vez, agobiados por los desafíos de tener que descifrar cómo cuidar a nuestros hijos en casa, cómo estar lejos de nuestros seres queridos y cómo abrir la bolsita para la fruta en el super sin chuparnos los dedos.
Pero rápido o lento, el tiempo pasa igual y uno es tan joven como se siente. Yo por mi parte voy a dejarme la raya al costado, porque sigo siendo super joven y no necesito que un adolescente me lo confirme. Y aparte así se me notan menos las canas.