Post desde el sillón

Hace un par de semanas, Lea se despierta en la mitad de la noche y como no puede volver a dormirse, pide amablemente ir al living. Y por pide amablemente, quiero decir que llora, patalea y grita directamente en mis tímpanos. Pero yo me pongo firme y le digo que no, porque no negociamos con terroristas.

Eventualmente, después de una hora de rogar entre llantos (y Lea también), logramos un compromiso y llegamos a un acuerdo en el que hacemos exactamente lo que él quiere. Y nos vamos al living a acostarnos en el sillón, que claramente era mejor que la cama porque estamos apretados, incómodos y con calor.

Lector: ¿Ya está? ¿Dos párrafos?

Sip.

Lector: ¿No hay más nada para contar?

Nop.

Lector: ¿Tenes sueño?

Sip.

Lector: ¿Es por eso que estás de pijama todavía?

Si...

*Mirada amenazante*

Lector: OK...

OK

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