Escribir un blog es más barato que ir a terapia

Voy a empezar un blog.
Mi ansiedad: ¿Segura?
Si.
Mi ansiedad: ¿Seguuuuura?
*lo pospone por 10 años*
Si, segura.

Hace unos años, los blogs estaban de moda y parecía que todo el mundo tenía uno. Ahora, la gente comparte su vida por Twitter, Instagram, Tik Tok, Reddit, tumblr, Pinterest, Bellota, Burbuja, Bombón, o cualquiera de las 893 redes sociales y plataformas que hay disponibles.

¿Tres de esos no son las Chicas Superpoderosas? Cómo saberlo.

Es decir, siendo que hoy en día el adulto promedio tiene una capacidad de atención de 5 minutos, este quizás no sea el momento ideal para empezar un blog. Pero aquí estamos.

Intenté hacerlo varias veces hace años, pero nunca tuve la confianza para hacerlo, porque siempre fui muy introvertida y sufrí de trastornos de ansiedad, algo que me llevó muchos años descifrar. Uno pensaría que si es algo con lo que convive toda su vida, sabría qué es y cómo solucionarlo, pero Bruce Willis pasó todo El Sexto Sentido sin saber que estaba muerto, así que no es mi culpa.

De adolescente simplemente me sentía rara, diferente. Nunca me gustó estar en grupos grandes de gente. En reuniones y fiestas me sentía como un pez fuera del agua, que además tuvo que ir a una fiesta.

Pero en la adolescencia y los veintes, todos queremos ser "normales", encajar y ser aceptados. Vamos por la vida como Clark Kents hormonales, ocultando nuestras verdaderas identidades por miedo a ser rechazados y terminar como Carrie en el baile de fin de año.

Y por un tiempo me funcionaba; lograba convencer al resto -e incluso a mi misma- de que era una más del montón, que estaba cómoda rodeada de gente y no estaba contando los minutos para irme. Estaba todo bien, estaba ganándole la carrera a mi incomodidad, y de repente mi ansiedad salía de la nada y me noqueaba como la tortuga azul en el Mario Kart.

No quería irme, necesitaba irme. Porque de eso se trata ser introvertido. A diferencia de los extrovertidos que se energizan estando en contacto con otras personas, los introvertidos se agotan con los estímulos sociales. No es que no nos guste la gente, nos encanta pasar tiempo con amigos, pero tiempos cortos, seguidos de un rato en solitario para recargar nuestra batería social (unas 8 horas, o tres semanas).

Eventualmente dejé de salir, me recluí en mi propia mente, inventando excusas y diciendo mentiras para salir de compromisos y separarme del mundo. Por un lado, quería ver a mis amigos, pero por otro, no quería salir de mi cama. E invitar a tus amigos a juntarse en tu cama aparentemente es inapropiado, así que esa no era una opción. Hugh Hefner arruinó esa experiencia para todos.

De a poco fui quemando puentes y perdiendo amigos, y caí en una depresión, luchando contra mi propia mente, mi baja autoestima y un desorden alimenticio que no voy a discutir ahora porque si este post se vuelve más deprimente se va a transformar en una canción de Evanescence. Y no fue hasta que conocí más gente como yo, con las mismas experiencias y sentimientos, que entendí que no estaba sola, y que no era “rara”.

Ser introvertido y tener trastornos de ansiedad no tiene por qué sentirse como una carga. En la dicotomía de la vida, todo día tiene su noche, todo sonido su silencio, toda Britney su Cristina. La humanidad necesita científicos e ingenieros que se encierren en garages y laboratorios a revolucionar la ciencia y la tecnología tal como la conocemos, tanto como necesita ver los abdominales de Brad Pitt en Fight Club. Cada quien cumple su rol.

Es así que al momento de ser madre me encontré pasando mucho tiempo en internet, buscando consejos y entablando amistades con otras madres que también estaban despiertas a las 3 de la mañana googleando frenéticamente cómo hacer shampoo de bebé con aceite de coco y las hojas de pino del patio de tu casa porque los jabones comerciales tienen demasiadas toxinas para la piel de cristal de tu bebé; y decidí finalmente empezar este blog y compartir mis propias experiencias con el mundo, como un ángel.

Así que si alguien lee este blog y se ve reflejado en mis anécdotas, y como resultado se siente menos solo en el mundo, este blog cumplió su objetivo. Y de paso podemos ser amigos, pero de lejos, desde la seguridad de nuestras casas, a través de la computadora y sin contacto humano. *Abrazo virtual*

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